En un primer piso de las afueras de Barcelona, una experimentada pareja charla distraídamente acerca del silencio en la vivienda. Ven una casa más tranquila, tras veinte años de convivencia y alboroto con otras seis personas. El vacío de las habitaciones sugiere el deseo de vivir en un lugar, ya por fin, vacacional. Y lejos de cualquier segunda residencia, imaginan una nueva casa en el piso de siempre.
La vivienda, alojada en un edificio de 1976, mostraba pocos signos de deterioro y un buen estado general de conservación. No detectamos patologías más allá de algunos males propios de la fecha de construcción, como son una cocina castigada o unos desafortunados espacios de circulación. Así que esa charla distraída, la que se daba en las tardes, convocaba con frecuencia al oscuro y largo pasillo como protagonista del tedio.
El proyecto sugiere dos tipos de vacío. El primero como una gran superficie donde ocurre la reunión. El segundo como una serie de habitaciones pensadas para el retiro. Al entrar en casa vemos algo de luz, un exterior, algunas plantas. El ventanal ilumina la cocina y el patio participa de la vivienda. Este criterio prevalece ante la posición de las instalaciones, que obedecen a una antigua galería.
Todas las estancias tienen varias puertas. De esta forma se facilita la circulación y se evitan incómodos pasillos. Así, todas las habitaciones pueden servir como paso. Y al recorrerlas vemos, a un lado, un platanero. Y en el opuesto, un espejo.
La elección material y las estrategias climáticas contribuyen humildemente a reducir la huella ecológica y la demanda energética. La madera empleada proviene de bosques sostenibles, con certificados PEFC/FSC y con aplicación de aceites y ceras de origen natural. Se refuerza el aislamiento mediante trasdosados y carpinterías con rotura de puente térmico, mejorando las condiciones térmicas y acústicas. Y se descubre una tranquila brisa entre la fachada y el patio, que junto con la restauración del porticón, colabora de forma natural a controlar la temperatura interior en los meses de verano.
La obra, gracias a la confianza de la experimentada pareja, se completó tras tres meses.
Información adicional:
Proyecto: Rubén Casquero
Mueble del baño: FustaFu
Área: 100m2
Ubicación: Rambla Anselm Clavé. Cornellà de Llobregat
Fotografía: Pol Viladoms
Año: 2021
Rubén Casquero
Barcelona | Trabajar sobre lugares que ya existen
Ruben Casquero es arquitecto titulado con matrícula de honor por la Escuela de Barcelona y por la Glasgow School of Arts. Máster en Humanidades: arte, cultura y literatura contemporáneas. Actualmente combina la actividad profesional de su estudio con la docencia en el departamento de expresión gráfica de la UPC-ETSAV y de la UIC-SoA. La voluntad de su trabajo es aprovechar lo que hay construido: reformando, rehabilitando o reparando lugares que ya existen.
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